Experiencias

Así recuerda Luis Fernando Sánchez su participación en el proyecto Rosetta

Así recuerda Luis Fernando Sánchez su participación en el proyecto Rosetta

Con el lanzamiento de la sonda espacial Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) el 2 de marzo de 2004 y el comienzo de los trabajos de exploración científica del cometa 67P/ Churiumov-Gerasimenko, se iniciaba una nueva era en la investigación de las características de este astro aunque, para SENER, la aventura había comenzado mucho antes.

Al igual que la Piedra Rosetta, de la que toma el nombre esta misión, la sonda nació con el objetivo de reconstruir aspectos hasta el momento desconocidos del espacio. Nunca antes una sonda había sobrevolado Júpiter empleando energía fotovoltaica ni tampoco una misión había orbitado alrededor del núcleo de un cometa.

Rosetta supuso un antes y un después ya que, por vez primera, la compañía gozaba de una presencia relevante tanto en la plataforma como en la carga útil de un equipo.

En la plataforma, suministró el Boom para el despliegue de instrumentos, así como las persianas (louvres) de  protección para garantizar el correcto funcionamiento de los instrumentos embarcados y las pantallas ópticas para las cámaras y los seguidores de estrellas. En la carga útil, contribuyó tanto en las cámaras del instrumento OSIRIS como en la electrónica del instrumento GIADA.

Para hablarnos de este hito de SENER en Espacio, nos reunimos con Luis Fernando Sánchez (Luisfer), responsable del Centro de Integración y Ensayos (CIE) de SENER en Madrid y uno de los ingenieros implicados en este proyecto desde sus orígenes.

No era el cliente al que estábamos acostumbrados”, apunta Luisfer en referencia al Instituto Astrofísico de Andalucía. SENER gozaba ya desde el año 1967 de amplia experiencia en proyectos de Espacio pero, habituados a trabajar para la Agencia Espacial Europea (ESA), colaborar con un centro científico supuso un reto muy especial.

Todos los trabajos de SENER en proyectos de Espacio destacan por su alta calidad y el cumplimiento estricto con los requisitos del cliente. Pero, en esta ocasión, los equipos de SENER aprendieron que, trabajar con centros científicos, te otorga una flexibilidad única.

Descubrimos que dentro del mismo marco de especificaciones, en la carga útil disponíamos de algo más de libertad en las soluciones de diseño. Eso sí, el ritmo de trabajo era el habitual de un proyecto de espacio con jornadas hasta altas horas de la madrugada y fines de semana, especialmente en las fases de integración y pruebas del hardware.

Desde el principio, con los clientes del IAA hubo un entendimiento tal que los equipos se integraron y entendieron a la perfección.

Fíjate si nos integramos bien -continúa su relato Luisfer- que, en 2004, La Voz de Cádiz publicó un artículo titulado ‘Científicos andaluces en Rosetta’ y, en la imagen que lo ilustraba, aparecíamos Diego (Diego Rodríguez, actual director de Espacio de SENER) y yo”. “Como puedes ver (en este momento de la entrevista señala un cuadro del despacho con esa misma noticia), esta anécdota ha quedado bien enmarcada”.

Personas de SENER que participaron en RosettaMil y una historias y un gran número de personas implicadas en Rosetta. Del equipo de Electrónica de SENER en Madrid, Luisfer hace memoria “Santiago Terol, Iñaki Molinero, Diego Rodríguez, Santiago Jarabo, Alfonso López… y otros muchos”.

En esos años, a Diego (Rodríguez) y a mí nos tocó viajar en numerosas ocasiones” señala Luisfer. “Recuerdo especialmente un viaje a Granada en marzo del año 1999”. En esta ocasión, los compañeros de SENER tenían que visitar el IAA y Diego decidió desplazarse en su coche. Por no dejarle solo, en el camino de vuelta a Madrid, Luisfer decidió acompañarle como copiloto. “Pese a las advertencias de temporal emitidas por la radio ya desde el principio del viaje, decidimos continuar”, relata Luisfer entre risas, “hasta que, finalmente, y a 40 kilómetros de Madrid, nos quedamos totalmente aislados por la nieve, sin cobertura de móvil y sin medios de poder contactar con nuestros familiares, así que acabamos durmiendo juntos en el coche”.

Gracias en gran parte a esta misión, SENER se ha posicionado como líder en programas científicos espaciales y la gran labor de SENER en el proyecto fue reconocida por la ESA en 2005 con un diploma a todos los ingenieros participantes en este.

Las penas con música son menos y, durante la duración del proyecto, en la sala blanca del CIE de SENER en Madrid sonaba, cortesía del IAA, El último de la fila.

Pero, tras las alegrías y penas de varios años de trabajo, el proyecto llegó a su fin y, como no podía ser de otra manera, los ingenieros de SENER y los que habían sido compañeros del IAA y del INTA durante más de seis años, celebraron la fiesta de fin de proyecto, una reunión informal de equipos en la localidad de Salobreña (Granada, España), donde salieron a relucir en una presentación realizada por Santiago Terol correos electrónicos intercambiados a lo largo de todos esos años.

Fueron unos años fantásticos” relata Luisfer. “Aún conservamos la amistad con todo el equipo del IAA, con los que seguimos trabajando en la actualidad en otros proyectos como el SOPHI, aunque mucha gente ha abandonado SENER o se ha jubilado en el IAA”.

Tal y como estaba previsto, el miércoles 12 de noviembre de 2014, el módulo robótico de la sonda Rosetta, Philae, aterrizó sobre el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko, una maniobra pionera hasta el momento, lo que supuso un hito sin precedentes en la exploración espacial.

El 6 de agosto del mismo año y tras 10 años de viaje, la sonda Rosetta alcanzó su objetivo y se convirtió así, en la primera misión en realizar un acoplamiento o rendez-vous con un cometa. Desde ese momento y, hasta ahora, Rosetta ha ido recopilando datos precisos acerca de la composición, la densidad y la gravedad del cometa y elaborando detallados mapas de su superficie para el aterrizaje. Un buen trabajo de SENER, plagado de buenos recuerdos.

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