Experiencias

José Ignacio Bueno recuerda su paso por la misión Envisat
Envisat no fue únicamente una gran misión por el éxito que cosechó el proyecto, también lo fue debido a las dimensiones del satélite de 25 metros de largo y 8,2 toneladas de peso. Esta misión supuso el primer proyecto importante para José Ignacio Bueno, director de proyectos Aeroespaciales de SENER.
“El mecanismo de despliegue de la antena de banda Ka para Envisat fue mi primer gran trabajo en SENER como director de proyectos con un equipo de vuelo. Hasta entonces había trabajado solo en pequeños desarrollos. El proyecto empezó con una fase corta que se alargó con el diseño conceptual y el soporte al cliente y, más tarde, se amplió con el diseño de detalle y fabricación”, explica José Ignacio Bueno.
SENER tuvo una participación importante en la misión, además de en la antena de banda Ka, la compañía consiguió los contratos de los mecanismos de anclaje en lanzamiento y despliegue de los paneles del ASAR (Radar de Apertura Sintética en sus siglas en inglés), y de la unidad electrónica de orientación del espejo del instrumento GOMOS (Global Ozone Monitoring by Occultation of Stars), responsable de monitorizar el estado de la capa de ozono. Además SENER logró también el contrato para la electrónica de control de escáneres de MIPAS (Michelson Interferometer for Passive Atmospheric Sounding), el espectrómetro encargado de medir la emisión de gases.
“Envisat era una misión grande que consolidó y promovió la posterior expansión de la actividad en Espacio de SENER. Desde entonces no se han vuelto a hacer satélites tan grandes”, señala Bueno.
José Ignacio Bueno, que se incorporó a SENER en enero de 1988 después de acabar la universidad, no llevaba ni dos años en la compañía cuando fue asignado para dirigir este proyecto en octubre de 1989. “Los que comenzamos en la misión no teníamos mucha experiencia, pero la ganamos poco a poco”, explica. El reto de participar en un proyecto de esta envergadura, en un satélite del tamaño de un autobús, fue un aliciente más para este grupo de “inexpertos”, unos profesionales que superaron todas las adversidades hasta el éxito de la misión. Anecdótico resulta ya el diseño fallido de un tubo de fibra de carbono por parte de uno de los subcontratistas que obligó al equipo a realizar un rediseño y a trabajar con un nuevo subcontratista, una dificultad que finalmente lograron solventar.
“No cabe duda que cuando surgen problemas concretos que hay que resolver en la gestión de un proyecto y tienes dudas, recurres a los compañeros que tienen más experiencia y, aunque la decisión final sigue siendo tuya siempre valoras opiniones de personas más experimentadas".
Uno de los momentos que quedó en la retina de José Ignacio fue la campaña de ensayos del primer modelo (modelo de calificación) en las instalaciones de Ottobrun, al sur de Múnich. El nerviosismo inicial se transformó en satisfacción al completar los ensayos ambientales de calificación satisfactoriamente, una sensación que se extendió entre el equipo. “Fue la primera vez que participaba en una campaña de ensayos de esas características, había realizado tests en prototipos y en modelos de desarrollo pero no en un equipo tan grande y en unas instalaciones tan impresionantes. Al comienzo, como es lógico, estábamos nerviosos pero cuando el prototipo pasó satisfactoriamente la campaña de calificación, la parte más crítica, nos emocionamos todos”.
SENER entregó el último modelo de vuelo en 1996 y el lanzamiento de Envisat se produjo el 1 de marzo de 2002. Tras más de 10 años en funcionamiento, el 10 de abril de 2012 se apagó Envisat, el primer gran proyecto de José Ignacio Bueno, el gran satélite que reposa ya en el espacio.
Fotografía realizada después de superar los test de calificación (de izquierda a derecha): Juan Carlos Baillo, tres miembros de IABG, José Ignacio Bueno, José Julián Echevarria y Jaime Zarauz.