Experiencias

Entrevista con Diego Rodríguez y Aleksandra Bukala
SENER cumple 50 años de trayectoria en Espacio. ¿Fue la primera empresa del sector en España?
Diego Rodríguez: El proyecto de la torre de pequeños lanzadores en Kiruna (Suecia) fue el primero que se ofertó en España en materia de Espacio, y lo hizo SENER en el año 1967. Inmediatamente después, aparecieron en escena otros actores como el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial (INTA) y Construcciones Aeronáuticas (CASA). Las tres fueron pioneras en España pero, definitivamente, SENER fue la primera.
¿Cómo se afrontó el proyecto de Kiruna en un sector nuevo para SENER?
D.R.: En aquella época, Manu de Sendagorta lideraba la empresa y era parte de un magnífico y, con el paso del tiempo, laureado equipo de ingenieros, en el que destacaba entre otros, Txetxu Rivacoba. SENER trabajaba en programas relacionados con sistemas mecánicos y grandes estructuras y surgió la oportunidad de participar en la torre Kiruna, así que ese grupo de hombres decidió medirse con importantes empresas europeas. Fue precisamente su conocimiento en las materias mencionadas y las relativas a las especiales condiciones ambientales lo que les llevó a ganar el contrato, demostrando que dominaban todos los factores relevantes de este proyecto. La mejor prueba del éxito que supuso esta base, situada en el Círculo Polar Ártico, es la constatación de continuar operativa 50 años después. Sin lugar a dudas, este proyecto fue el punto de partida de la trayectoria de SENER en Espacio.
¿Era aquel un grupo de ingenieros excepcional?
D.R.: Aquel era un equipo de ingenieros con un arrojo especial, sin miedo a entrar en un nuevo campo de la ingeniería hasta entonces desconocido para ellos. Hasta ese momento los proyectos en los que habían trabajado eran grúas de grandes dimensiones para puertos, nada que ver con la industria aeroespacial. Sin embargo su background, su espíritu innovador y su determinación ante el reto les condujo a arriesgarse y a lograrlo.
Aleksandra Bukala: Lo más significativo para alcanzar el éxito es contar con personas con la experiencia y la personalidad adecuadas, así como un alto nivel de motivación. En el caso de Polonia, en tan solo cinco años y partiendo prácticamente de cero, hemos creado una compañía espacial capaz de desarrollar hardware para una misión a Marte. La valía de nuestro equipo de ingenieros se traduce en éxitos para nuestros proyectos, todo un orgullo para nosotros. En España fue Kiruna y en Polonia el equivalente sería ExoMars.
¿Cómo evolucionó la actividad de SENER durante los siguientes años?
D.R.: Tras el diseño y construcción de la torre de Kiruna, se produjo una evolución natural. Los siguientes contratos fueron dispositivos de soporte en tierra relacionados con lanzadores, mientras que la primera oportunidad de un equipo para el segmento de vuelo llegó en los años 70: un cable desplegable para una antena del satélite ISEE-B. Le siguieron los importantísimos contratos para el laboratorio de microgravedad Spacelab.
Ya en la década de los 80, nos fuimos consolidando en otros tipos de mecanismos, especialmente en sistemas de despliegue. En los 90, y derivado de nuestras actividades en el área de Defensa, empezamos a trabajar en sistemas de guiado, en navegación y en control. Al final de la década, SENER decidió poner el foco en los sistemas de control de actitud, una medida que resultó de lo más acertada ya que, poco tiempo después, se logró el contrato del sistema de control de actitud de los satélites Herschel y Planck. Ya en el nuevo milenio, ampliamos nuestra actividad al campo óptico y obtuvimos el contrato para la carga de pago, el instrumento principal del satélite SEOSat/Ingenio. En estos últimos diez años y ya consolidados en distintas áreas de actividad, SENER se ha convertido en suministrador de sistemas completos, tanto en mecanismos como en control de actitud (AOCS), sistemas de Guiado, Navegación y Control (GNC) y, más recientemente, en sistemas ópticos.
Hoy por hoy, nuestra vocación es la de continuar como suministradores de subsistemas en el segmento de vuelo, apuntando a otras áreas como la de lanzadores, así como hacia proyectos de un perfil menos institucional y con clara orientación comercial.
¿Esta progresión ha condicionado el negocio de SENER en Polonia?
A.B.: Las lecciones aprendidas y los ejemplos de buenas prácticas no son fácilmente aplicables a Polonia, ya que es un país muy distinto a España y el mundo ha cambiado mucho en estos 50 años. Cuando comenzamos, tomamos la decisión de centrarnos en la ingeniería mecánica. Trabajamos en mecanismos relativamente sencillos teniendo en cuenta que, en el diseño y construcción de hardware para Espacio, nada lo es. Seguramente, en un futuro próximo, ampliaremos nuestros campos de actividad, pero aún no está completamente definido hacia dónde. El mercado espacial está cambiando y evolucionando hacia territorios más comerciales. Nos espera una bonita aventura.
¿Cuáles han sido los proyectos más representativos en estos 50 años? Y en Polonia, ¿cuáles podemos subrayar?
D.R.: Cinco décadas de trabajo en Espacio han dado para mucho. La torre de lanzamiento de Kiruna fue inequívocamente el pistoletazo de salida. Después hay que destacar otros como Spacelab, Columbus, SOHO, Cluster o Herschel y Planck. Gaia, con su gran parasol desplegable, ha sido una de las misiones que más visibilidad nos ha dado durante estos años. También hay que mencionar las antenas de BepiColombo o Solar Orbiter, o el escáner del satélite Meteosat Tercera Generación (MTG), un subsistema a la vanguardia desde el punto de vista de las prestaciones de apuntamiento y dinámicas, que nos ha situado como líderes internacionales en este campo. Probablemente me deje muchos programas notables, ya que el número de equipos y subsistemas de SENER hasta la fecha se acerca a los 300, y hacer una selección no resulta fácil. En todas las áreas, los equipos de SENER tienen una calidad y prestaciones de primer nivel.
A.B.: En Polonia, el número de misiones es más reducido. Hasta ahora, han sido tres las más significativas. ExoMars 2020, la primera con hardware de vuelo con la que llegaremos a Marte. La segunda ha sido el primero de nuestros contratos en MSGE para Euclid, un gran satélite de tres toneladas en el que somos los responsables del diseño y fabricación de 14 equipos distintos. Y un tercer hito lo constituye el desarrollo de un mecanismo de selección de instrumentos en la misión ATHENA, lo más complejo que jamás hayamos tratado de diseñar y que, en estos momentos, se encuentra en una fase temprana de desarrollo tecnológico.
D.R.: En sí mismo, el desarrollo de Espacio en SENER en Polonia ya representa un hito; todos sus logros han llegado en un periodo muy corto de tiempo y eso es admirable.
¿Podemos hablar también de lecciones aprendidas en este tiempo?
D.R.: Tenemos lecciones aprendidas en todos y cada uno de nuestros proyectos. En SENER aprendemos permanentemente de los errores, estudiamos por qué han ocurrido y procuramos resolverlos. Eso nos ha ayudado mucho a seguir manteniendo, a día de hoy y después de medio siglo, ese registro de lanzamientos en los que nuestros equipos han funcionado durante toda su vida operativa sin fallo alguno.
¿Cómo se logra una trayectoria limpia de fallos cuando se han suministrado unos 275 equipos de vuelo?
D.R.: Diseñar una misión espacial, donde no existe mantenimiento posible, implica exigirse un rigor máximo en todo el proceso que va desde la identificación de los requisitos hasta la verificación final. SENER es reconocida en el mercado por su fiabilidad, lo que nos hace estar en la lista de empresas preferidas por la Agencia Espacial Europea (ESA).
A.B.: Esta buena reputación de SENER nos ayuda, facilita que los clientes sepan quiénes somos, a quién tenemos detrás. Para nosotros, es un reto defender estos excepcionales resultados. Nuestro equipo en Polonia está absorbiendo el know how de sus homólogos en España rápidamente, siendo su motivación y dedicación excepcionales.
¿Qué es lo que más valoran nuestros clientes del trabajo de SENER?
D.R.: Podríamos decir que son tres los elementos que caracterizan a SENER y por los que además somos conocidos. Cuando nuestros clientes, proveedores o contratistas piensan en nuestra compañía, les viene a la cabeza nuestro compromiso, que SENER siempre cumple aunque surjan dificultades. En segundo lugar, en Europa no resulta fácil encontrar empresas de un tamaño similar al nuestro que sean capaces de sentar en una mesa a ingenieros de disciplinas diferentes, con versatilidad para entregar sistemas complejos. Y por último, disponemos de la experiencia para dar respuesta a unos requisitos muy específicos y desde cero, algo típico en las misiones de Ciencia y de Observación de la tierra de la ESA, valorándose que podamos abarcar todo el proceso, desde la identificación de requisitos hasta las pruebas finales de los equipos de vuelo. No es tarea fácil.
¿La estrategia de SENER en Espacio pasa por continuar creciendo en las actuales líneas de negocio o ampliar los ámbitos de acción? Líneas de producto, tecnologías, capacidades… ¿Qué es lo que mejor define a SENER?
D.R.: Nuestra intención es perseverar todos esos campos pero llevando a cabo cambios importantes de transversalidad y orientación a producto, aprovechando las capacidades tecnológicas que tenemos y aplicándolas en todas las líneas de producto. Esto nos debería permitir entrar y penetrar de una manera más firme en mercados más comerciales como el de las telecomunicaciones o el de lanzadores, es decir, en todo lo que ahora se viene a denominar new Space. En el pasado hemos hablado más de tecnologías y capacidades, sin embargo nuestro vocabulario incluye cada vez más la palabra producto. El esfuerzo en I+D se centra ahora en dominar las tecnologías que nos faculten para desarrollar los productos que nos piden nuestros clientes. Queremos presentar catálogos de productos y no solo de proyectos realizados.
A.B.: Insistíamos en esto antes, el sector espacial está cambiando, convirtiéndose cada vez en un sector más comercial. Para lograr el éxito, debemos ser flexibles tanto en el mercado polaco como en el global.
¿Qué papel ocupa SENER en Polonia en la industria aeroespacial?
A.B.: El Gobierno polaco espera que SENER aplique la experiencia y el conocimiento obtenido en estos 50 años de historia, así como que sirva de compañía tractora entre las empresas locales. La mayoría de estas han comenzado al mismo tiempo que nosotros y ya están listas para dar servicio a sus clientes. Por otra parte, haber colaborado con nosotros supone una garantía de calidad para otras empresas. Por todo esto, el rol que vaya a jugar SENER en Polonia no es tanto crecer como contribuir al crecimiento de la industria espacial polaca.
¿Cuáles son las misiones más destacadas de SENER en este momento?
A.B.: Para nosotros en Polonia, por supuesto, ExoMars con nuestro primer mecanismo de vuelo. También Euclid, porque nos ha permitido entrar en un nuevo segmento de mercado. Realmente, lo que nos sucede es que estamos deseando construir nuevas capacidades para participar en programas futuros.
D.R.: Entre las misiones en las estamos involucrados en estos momentos debemos reseñar la misión Proba-3, de vuelo en formación, las antenas y mástiles de JUICE, el escáner de MTG, los equipos para ExoMars 2020, el AOCS de Euclid, o SEOSat/Ingenio como las más representativas.
¿Cuál es la contribución de SENER a las misiones científicas?
D.R.: El programa de Ciencia es muy importante para SENER. En muchos casos, se diseña desde cero y los contratistas principales valoran nuestras capacidades multidisciplinares. En áreas como las de mecanismos, la posición de SENER es de liderazgo; nuestros equipos están en el estado del arte y nuestros clientes siempre cuentan con SENER en los programas de Ciencia más demandantes.
¿Hacia dónde irá el departamento de Espacio en los próximos años?
D.R.: Tenemos centros de trabajo en España (Barcelona, Bilbao y Madrid) y Polonia (Varsovia). No es nuestra intención, en la actualidad y a corto plazo, crear otros. Sí es nuestro objetivo crecer en la escala de valor, con responsabilidades sobre subsistemas cada vez más complejos, aumentar la base de clientes y socios con los que trabajar y abarcar mercados más comerciales.
Las necesidades de un mercado comercial son muy diferentes a las de un mercado institucional y, para entrar en él, debemos mantener nuestro nivel de fiabilidad y ejecución mejorando nuestra competitividad. Normalmente, se trata de clientes no especialmente demandantes en lo tecnológico, pero sí muy estrictos en costes y tiempos de entrega. Ahora mismo, nuestro foco está puesto en el mercado de las telecomunicaciones, en el de lanzadores y en el de constelaciones.
¿Ha afectado la crisis al sector?
D.R.: El desarrollo de cualquier programa en Espacio es muy largo, por lo que la crisis ha llegado mucho más tarde que en otros sectores. De hecho, en SENER mantenemos en Espacio una senda de crecimiento estable desde 2007, aunque esperamos un pequeño descenso de oportunidades en los próximos años, hecho al que estamos haciendo frente diversificando productos y entrando con mayor fuerza en el mercado comercial.
A.B.: Polonia es la única nación de Europa que ha continuado creciendo en esta etapa tan dura. Ha seguido siendo una tierra de oportunidades que ha mantenido los niveles de empleo y que debe iniciar la transformación hacia un país de alta tecnología. La industria polaca en espacio está muy bien considerada, se espera mucho de su papel porque tenemos necesidad de cooperar con los mejores de Europa.
¿Qué aporta la tecnología espacial al resto de SENER?
D.R.: La actividad en el área de Defensa nació al amparo de la experiencia en mecanismos y sistemas de actuación y control. Un proceso que, probablemente, ha sido el inverso al de otras empresas que nacieron en el sector aeronáutico –o incluso de defensa– y, con posterioridad, evolucionaron al espacial. A nosotros nos ocurrió lo contrario y somos por ello singulares: Espacio dentro del negocio aeroespacial ha liderado la tecnología. También ha sido precursor de métodos y procesos que se han exportado, por ejemplo, a Garantía de Calidad o a otros campos de actividad dentro de SENER.
Claros ejemplos de ese trasvase de tecnología son los mecanismos de apunte de los heliostatos para plantas solares o los estudios aerodinámicos en túneles para trenes de alta velocidad, encabezados por ingenieros mecánicos y de fluido dinámica del área Aeroespacial.
¿Cuántas personas forman parte del departamento de Espacio y qué perfiles tienen?
A.B.: En Polonia ahora mismo estamos trabajando un equipo de unas 40 personas, la mayoría ingenieros. Una cifra que no se puede asemejar a la de España pero que, a día de hoy, tras cinco años en Espacio, representa un gran avance. Son profesionales entusiastas a quienes les apasiona el Espacio, fáciles de motivar y con mentes curiosas y dispuestas a explorar nuevas áreas.
D.R.: Al cierre de 2016, y por la actividad de Espacio de SENER, esperamos alcanzar las 300.000 horas, con cerca de 200 profesionales, lo que representa un crecimiento espectacular, especialmente en los últimos 15 años.
A las personas que trabajan en esta área les atrae la Astronomía y el Espacio. Suele ser una profesión vocacional; ingenieros que aman lo que hacen y que ven recompensados sus esfuerzos con el sentimiento de satisfacción que se produce cuando vives el lanzamiento de un satélite con equipos en los que has trabajado, o cuando te confirman que una vez en el espacio, el equipo cumple su función perfectamente.
¿Qué ha representado la apertura de la división Aeroespacial de SENER en Polonia?
D.R.: Estoy muy satisfecho del papel que está desempeñando SENER en Polonia. Con cada proyecto se pone de manifiesto el grandísimo trabajo que el equipo polaco está sacando adelante. Todos ellos, con Aleksandra al frente, son sin lugar a dudas una referencia para SENER. Por otro lado, el apoyo de los compañeros de la Sección de Estructuras y Mecanismos de Bilbao (que ha realizado una labor extraordinaria de transferencia de conocimientos y tecnología) ha sido crucial, sin olvidar el trabajo en el proceso de puesta en marcha de Ricardo Martín. Podemos estar orgullosos de lo realizado en tan poco tiempo.
A.B.: Desde el primer momento trabajamos juntos para desarrollar el proyecto de SENER en Polonia. La motivación y el esfuerzo de nuestro equipo local de ingenieros ha sido igualmente clave en la preparación de propuestas, en cómo aprender a tratar con los clientes… Aún recuerdo nuestra primera negociación, quizá yo pueda ser la cara visible, pero el mérito es de todo el equipo de Polonia, es atribuible a SENER.
¿Qué supone formar parte de ExoMars 2020?
A.B.: Está significando un reto increíble, ¿quién lo iba a haber imaginado hace un lustro?. Hemos tenido que aprender rápido, bajo la presión que impone el reloj, no sólo sobre ingeniería, también acerca del funcionamiento del negocio de Espacio en Europa. Estamos fabricando en Polonia el primer mecanismo de vuelo para ExoMars, una misión científica y gubernamental, en la que hemos involucrado a proveedores y socios locales en un proyecto que ha sido muy complejo y con un presupuesto muy ajustado desde su origen.
D.R.: Mars Sample Laboratory (MSL), en cooperación con la NASA, marcó el camino hacia el trabajo que estamos desarrollando en ExoMars 2016 y 2018, ahora retrasado a 2020. Participamos en el vehículo Curiosity, constituyendo nuestra primera misión de éxito tecnológico dentro del programa de exploración.
¿Cuál es la relación con el mundo académico?
D.R.: Tenemos contactos muy sólidos con la universidad, sobre todo con las Universidades Politécnicas de Madrid, Barcelona y Bilbao. También colaboramos con las escuelas superiores de ingenieros, con los institutos científicos y, prácticamente, con todas las instituciones del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) que desarrollan instrumentos o productos para Espacio.
A.B.: Desde que nació la industria espacial en Polonia, y SENER se convirtió en parte de ella, estamos trabajando también en mi país de forma conjunta con universidades y centros tecnológicos.
¿Soñaban con ser astronautas de niños?
D.R.: Como otros muchos compañeros, de niño quería tener un telescopio y leía libros de Astronomía y Ciencia ficción. Personalmente me apasiona la astronomía y la astrofísica aunque, he de reconocer, que nunca tuve vocación alguna por ser astronauta. Trabajar en este sector me ha permitido conocer y colaborar con los mejores ingenieros europeos y también con excelentes investigadores españoles, lo que ha supuesto para mí un valor añadido de esta profesión.
A.B.: Para mí ha sido muy diferente, ya que mis primeros quince años de profesión han estado vinculados a un sector completamente diferente. Aun así, recuerdo que siendo una niña conocí al único astronauta polaco Mirosław Hermaszewski, del Soyuz 30, quien me firmó un autógrafo en un papel que todavía conservo.
¿Cómo se presenta el futuro más próximo en el sector?
D.R.: Vamos a ver dos mundos dispares. Uno más comercial, con productos en serie, donde el precio y el tiempo de entrega van a ser aspectos vitales. Otro, con productos mucho más sofisticados, más parecidos a la línea tradicional e institucional, en el que presenciaremos el auge de la exploración y las misiones a la Luna y a Marte. El llamado new space –con la popularización del Espacio– aparecerá en escena con pequeños satélites, otros tipos de lanzadores y cámaras con capacidades en el rango visible y, también en el infrarrojo y el ultravioleta, que van a generar una demanda de equipos con excelente relación calidad-precio. Nuestra experiencia en Defensa y el conocimiento de la ingeniería de producción, donde tenemos experiencia en la fabricación de series medias, jugará un papel fundamental en ese futuro.
¿Está el espacio presente en nuestro día a día?
D.R.: El Espacio está definitivamente en nuestras vidas, de un modo más relevante del que creemos. Si apagásemos los satélites, la gente se daría cuenta inmediatamente de la importancia que ha cobrado en nuestro día a día. Podemos, por ejemplo, mencionar tres áreas de Espacio sin las que ya no nos sería posible vivir: comunicaciones, navegación por GPS y predicción meteorológica.
A.B.: Asimismo, los satélites nos permiten organizar el tráfico aéreo. Cuando tienes la perspectiva del espacio, te das cuenta de lo pequeña que es la Tierra, inmersa en todo ese enorme universo.